En una pequeña localidad ubicada en la sexta región se
realiza una de las actividades más representativas de nuestro país, los
chamantos son un símbolo nacional, que hemos entregado a las personas más
destacadas que nos han visitado, entre los que destacan el Papa Juan Pablo II y
los representantes de la APEC del 2004.
Las chamanteras son quienes realizan esta prenda típica,
son mujeres adultas, ellas aprende el oficio desde pequeñas, de costumbre heredado
por su familia, demoran 4 meses o incluso más en terminar una de estas prendas,
su valor es de alrededor de 1 millón de pesos. Las chamanteras de Doñihue
dedican su vida entera a este oficio que forma parte de la cultura de este
lugar, son mujeres humildes de muy buena disposición y que aprecian lo que
hacen tanto como su vida.
El pasado terremoto del 27 de febrero, causó grandes
pérdidas para este oficio tan antiguo, ya que los pocos talleres de chamanteras
que quedaban en la zona fueron destruidos, dejando a estas mujeres sin recursos
para realizar su labor. Se destruyó
parte de la cultura de un pueblo y de un país, aunque el gobierno a intentado
levantar los talleres, esta costumbre se ha ido perdiendo con el tiempo, ya que
los jóvenes de hoy no tenemos los mismo intereses que se tenían hace una década
atrás.
Debemos como chilenos mostrar interés por estas
costumbres antiguas y mantenerlas, como en el caso de los chamantos, si
descuidamos esta tradición perdemos parte de lo que nos diferencia como cultura
entre los demás países.
Loreto Vargas